importancias, insomnios y absurdeces varias

Una vez dije:

" que solo te importe lo que tiene importancia"

nunca es tarde para darte cuenta que tienes que aplicarte el cuento, aunque sea a base de palos...

aunque sea a tí misma, con tu propia medicina...

Si algo nos da el insomnio son reflexiones a millones, comidas de techo, comidas de almohada para no gritar (nota a pie de frase: y sí, sí es lo que estais pensando, es con lo que mejor se duerme en tiempos de escasez...), confusión ( o excesiva lucidez?)...

lo que tiene importancia... el problema no recae sobre eso, recae sobre las preferencias que nosotros no sabemos establecer en nuestras vidas con la importancia, por eso hay otro dicho que nos cuenta "lástima que lo urgente no deje tiempo para lo importante". yo a esto añadiría un sincero "lástima que siempre nos enteremos tarde de lo que es importante", perdemos tanto tiempo pensando en dar preferencias que nos olvidamos de lo que instintivamente nos importa. Perdemos tanto tiempo en saber contar los minutos de un reloj, que nos olvidamos de disfrutarlos. perdemos tanto tiempo queriendo saberlo todo, que nos olvidamos de vivir.

Otro día, no recuerdo en qué lugar, ni en qué momento, ni siquiera a qué persona, le dije que las incógnitas son aquello que mueve el mundo, no hace falta pasarse a un plano místico para saberlo, las simples incógnitas de la vida diaria, de la gente que nos rodea, de aquello más cercano,  pero sin ellas, el mundo quedaría quieto, inmóvil esperando a que volviésemos a preguntar cualquier tontería para seguir girando.

Siempre he dicho mucho, he hablado mucho, he comentado mucho, pero puedo asegurar que las frases con las que más he aprendido son aquellas que me gusta escuchar, que me dicen, que me hablan, que me cuentan los demás, como aquella que un buen amigo me dijo en su día:

"De niños nos centramos en querer ser mayores,

pero cuando crecemos nos damos cuenta 

que la inocencia infantil nos daba mayor lucidez".

touche mr Miró.

touche.

Y sí, lo sé, que me encanten el café y el té

sé que no me ayudará a reconciliar el sueño como antes,

pero nada le puede ya...

y el café no es el causante del dilema...